jueves, 19 de julio de 2012

Los vagos de Montoro

Calificar de “vagos” a los empleados del estado, que en España se les denomina funcionarios, es un riesgo difícil de disimular si luego se intenta aclarar el calificativo. La vagancia implica no realizar ninguna tarea, nada de nada en términos laborales. En ese sentido, los desempleados (parados) parecen estar lejos de considerarse vagos si están buscando un trabajo. Menuda tarea cuando la tasa de desocupación les está avisando que no conseguirán este año y menos el próximo.


Pero volvemos a los actuales vagos, los que trabajan. Mientras los bomberos luchaban en Valencia contra los incendios forestales, dejando sudor, lágrimas y hasta la vida en el caso de los accidentes de helicópteros, el presidente Rajoy festejaba los goles de la selección española de fútbol en un estadio del extranjero ¿Cuál es el vago?

Es sabido, también, que los ministros y diputados del gobierno actual, pertenecientes al Partido Popular, no tiene ninguna predilección por los trabajadores, tanto sean del sector público como del sector privado. Su conciencia de clase los acerca a los dueños y a los gerentes antes que a los trabajadores. Para ello basta recordar las tristes expresiones de la diputada Andrea Fabra con un “que se jodan” dirigido a los desempleados aunque ella haya tratado de decir luego que tenía otro destinatario.

El Ministro de Hacienda Cristóbal Montoro realizó una exposición en el Congreso de Diputados habiéndose referido a los trabajadores estatales como persona que no tendrían problema en trabajar más por la misma paga, ya que poco hacían durante las horas laborales. No es una novedad, el partido del gobierno siempre ha considerado vagos a los empleados públicos.

Cuando le ha tocado el turno a Rosa Díez, de UPyD, ha solicitado al ministro que no considere “vagos” a los empleados, y que debería cuidar sus expresiones. Cuando terminó su exposición ha sido requerida por el Ministro para que rectifique el dicho de “vagos” porque no lo dijo. Desde su banca, la diputada ha dicho que no se rectificaría porque ella no lo dijo, sino que era su interpretación. El Ministro ha insistido pero Díez ha concluido que si el Ministro no lo dijo ella acepta la rectificación del mismo. Inversión del gesto que parecía de humor pero que tenía un excelente sentido de oportunidad cuando se improvisa en una Cámara de diputados (para las cámaras que transmitía en directo). Requerida nuevamente por quién conducía el debate, Rosa Díez no se rectificó.

Más allá, en las calles de Madrid y en muchas ciudades de España, el debate sobre los “vagos” tiene otra imagen: rutas, calles y plazas se llenaban de trabajadores que luchan contra los salvajes recortes y lejos de considerarse afectados por las palabras encuentran en el calor del verano y el calor de los compañeros el necesario aliento para luchar por sus derechos, por su salario y la dignidad.

El diputado que continuó, Joan Coscubiela, de Izquierda Plural, también se refirió a los “vagos” del Ministro, pero se olvidaron de él porque al expresar el dicho "Chulos con los débiles y cobardes con los poderosos" como explicativo de la política del PP, se metió en otro lío del idioma y referencias al diccionario de la RAE (por el uso de “chulos”). Pero esa es otra historia.

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